La búsqueda de la llamada cuarta dimensión ha dejado indiferentes a pocos saberes. El hombre ha intentado hallarla con la ciencia en la mano o inventarla con el arte de la palabra. Mientras, la tecnología ha tenido que conformarse con acercarse, simplemente, a la realidad, a la posibilidad humana de ver el mundo en tres dimensiones, de calcular las distancias y así situar los objetos.

El cine lleva algunos años intentando atrapar este don natural y patentarlo a través de la gran pantalla. Ya se ha logrado. Avatar, Alicia en el País de las Maravillas o Furia de Titanes son algunas de las superproducciones que han hecho taquilla así. Sólo han necesitado unas gafas para revolucionar algo la vapuleada industria del cine a tenor de las descargas ilegales que ha alumbrado la Red y que se han debatido a escala internacional. Ahora, investigadores de la Universidad de La Laguna amenazan con abrir una nueva era dorada del cine, de la televisión, la astrofísica y hasta de la medicina.

Un selecto grupo de investigadores ha ideado una cámara que permite grabar en tres dimensiones y, por ende, visualizar, sin necesidad de lentes añadidas (gafas) el filme.

La principal industria que trabaja hoy en Hollywood, Red Digital Camera, ya ha viajado hasta Tenerife deslumbrada por el hallazgo que ha patentado la institución lagunera y que, no dentro de mucho, será un ‘spin off’ con muchos visos de convertirse en una empresa puntera. Pero no es la única aplicación que se augura: también endoscopias 3D precisas o supertelescopios –como el E-ELT- con una nitidez sorprendente. La atmósfera empobrece la calidad de la imagen; la lente tecnología en la que trabajan desde la ULL podría eliminar estos inconvenientes.

El poder de las gafas

De momento, las grandes compañías hablan de explotar las teles en casa provistas de gafas. Sin embargo, la viabilidad de este sistema está en entredicho. No parece muy plausible que cada familia compre las gafas necesarias para todos los miembros, se surta de otras tantas para invitados y, sobre todo, que el espectador esté dispuesto a tener esas gafas puestas eternamente.
Al menos eso es lo que piensa el director del proyecto que ha dado como resultado este prodigioso invento, José Manuel Rodríguez Ramos, astrofísico de la Universidad de La Laguna, que lleva desde 2003 trabajando en este campo. “El objetivo inicial del proyecto era medir las distancias a que están los objetos, y si lo haces en tiempo real, y con hardware de alta capacidad, puedes disponer de una cámara 3D”. Este experto cree que el futuro está en la mejora de esta técnica que utiliza una “especie de ojo de mosca”. En la actualidad, para que un televisor pueda emitir en 3D sin necesidad de gafas, es necesario obtener el mapa de distancias de la escena. Ello conlleva un enorme proceso de postproducción si se realiza a partir de la habitual estereoscopía.

Una alternativa consiste en emplear una cámara plenóptica, que funciona con una óptica que se asemeja al ojo de mosca y puede tomar con un único objetivo imágenes desde varios puntos de vista (necesario para calibrar distancias y espacio). Hasta ahora, este tipo de cámaras cuenta con una resolución inferior a la de los televisores actuales.

El logro de Cafadis, la cámara patentada por la ULL, no es sólo obtener las distancias, sino hacerlo en tiempo real y, además, incrementar más de 25 veces la definición de una cámara plenóptica convencional, de modo que su desarrollo e introducción en el mercado la convertirían en una herramienta de referencia para producir televisión en tres dimensiones (3dTV), el futuro de este medio audiovisual. Y es sólo el comienzo. A partir de aquí, investigar no es una opción, es lo que dibujará el destino del celuloide.

Repercusión mundial

El interés que ha suscitado esta innovación made in Canarias ya ha recorrido el mundo. La próxima semana este proyecto viajará hasta Japón para estar en la muestra más importante del sector, mientras los contactos con Hollywood siguen estando ahí. La Universidad de La Laguna se ha comprometido a costear indefinidamente la patente para asegurar que los éxitos –y por ende beneficios- repercutan en el centro docente.

Este logro significa un cambio trascendental en la tendencia de la ULL, una institución a la que le ha costado surtirse de fondos privados. Todavía no se sabe cuánto costará esta cámara, sí que las televisiones actuales no sirven para ello, pero también que la incidencia podría resultar de dimensiones considerables. El propio Ministerio de Educación distinguió el invento como “un proyecto con altas perspectivas de negocio” al seleccionarlo para su programa Innocash.

Estudio multidisciplinar

En este trabajo han colaborado oficialmente diez personas, aunque si se tienen en cuenta las colaboraciones puntuales de otros expertos, el número asciende a más de 20. Desde la Física a la Ingeniería Informática, pasando por las Matemáticas, la Óptica y la Ingeniería Electrónica, el estudio se ha nutrido de diversas áreas, haciéndose con creces con el distintivo de multidisciplinar. Y aún quedan por ver todas las aplicaciones que la imaginación humana tiene previstas. Ninguna parece estar instalada en el terreno de la fantasía, cual cuarta dimensión, y prometen dejar obsoletas muchas de las tecnologías hoy cotidianas.