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El 30 de noviembre se cumplen 210 años del comienzo, en 1803, de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, la que ha sido calificada como la más importante aportación española al desarrollo de la salud pública en el mundo.
Sólo siete años antes, en 1796, un joven médico rural inglés llamado Edward Jenner había descubierto que la viruela de las vacas, es decir, la vacuna, protegía frente a la viruela humana. Así, el 14 de mayo inoculó pus de las pústulas de las manos de la ordeñadora Sarah Nelmes, enferma de la viruela vacuna, una enfermedad leve, al niño de ocho años James Phipps. Cuarenta y ocho días después, el 1 de julio, el niño fue inoculado con pus procedente de las pústulas de un enfermo de viruela humana y “tal como yo me había aventurado a predecir, no se produjo efecto alguno. Ahora voy a continuar mis experimentos con redoblado ardor” (Edward Jenner).
Los resultados obtenidos por Jenner pronto fueron conocidos en toda Europa, si bien contaron desde el primer momento con partidarios y detractores casi a partes iguales. No obstante, bien aconsejado, el rey Carlos IV decidió llevar la vacuna de la viruela “a ambas Américas, y si fuera posible a Filipinas”, y para ello puso al frente de la Real Expedición a Francisco Xavier Balmis, Cirujano de Cámara del rey español.
El viaje se iniciaba con la salida de la corbeta “María Pita” del puerto de La Coruña con rumbo a la isla de Tenerife, su primera escala. A bordo viajaban los verdaderos héroes de esta historia, los veintidós niños huérfanos de la Casa de los Expósitos de La Coruña que, a falta de mejores medios de conservación para mantener el virus de la vacuna en condiciones, actuaron como portadores de modo que, como si de una cadena humana se tratara, semanalmente eran inoculados dos de ellos con pus de las pústulas de otros dos, consiguiendo así llegar hasta América con la vacuna activa.
La expedición dirigida por Balmis permaneció en Tenerife entre el 9 de diciembre de 1803 y el 6 de enero de 1804, inoculando a muchas personas llegadas desde todas las islas, especialmente niños.
La siguiente escala la hicieron en la isla de Puerto Rico, y más tarde en una buena parte de los territorios americanos, Filipinas y China.
Balmis regresó a España en agosto de 1806, poniendo fin con éxito a una expedición que impulsó uno de los reyes más nefastos que ha tenido España… menos en este asunto.
Esta historia real, pero casi novelesca, ha dado lugar precisamente a que varios autores hayan escrito algunas novelas tomando como base la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, novelas que iremos recomendando en los próximos días, conmemorando así tanto el comienzo de la expedición como su escala en Tenerife.
Figura: Sello de correos de España, de 2004, conmemorando (tardíamente) el bicentenario de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. La imagen de este sello de correos se ha utilizado exclusivamente con fines docentes y divulgativos, sin ánimo de lucro.
Categoría: Biomedicina y Salud. Salud Pública.
José María Riol Cimas.
ACDC. 29Nov2013.