Caracterizan una de las proteínas con las que el virus de la viruela burla las defensas del organismo
Fecha Viernes, 08 enero a las 17:57:47
Tema Noticias


En pleno debate sobre la conveniencia de destruir las últimas muestras del virus conservadas en EE UU y Rusia un equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC- UAM) ha logrado caracterizar la proteína con la que el virus de la viruela inhibe al interferón, la primera línea de defensa del organismo del ser humano. Los resultados, publicados en el FASEB Journal de la Federación Americana de Sociedades de Biología Experimental, aportan información relevante para entender la patogenicidad del virus, y también abren la puerta al diseño de tratamientos contra una eventual epidemia del virus, hecho que podría tener consecuencias graves dado que la vacunación habitual se suspendió cuando se erradicó el virus, y la población no está inmunizada.

«Hemos caracterizado la misma actividad en el virus monkeypox (la viruela del simio), un patógeno poco común en humanos pero que podría ocupar el nicho que ha dejado el virus de la viruela», explica Antonio Alcami, director de la investigación e investigador en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas-CSIC, y de la Universidad Autónoma de Madrid-UAM).

En trabajos previos realizados con poxvirus similares al virus de la viruela, en los que participó Alcami, se había identificado esta capacidad vírica para anular la acción del interferón. Ahora, los investigadores han caracterizado en células en cultivo infectadas la proteína que permite al virus vencer a este sistema defensivo del organismo.


Las pruebas se han realizado por primera vez con muestras del virus de la viruela alojadas en el laboratorio de máxima seguridad del Centro de Control de Enfermedades de EEUU, en Atlanta.

El hallazgo, según Alcami, sugiere que el virus variola podría ser controlado si se neutraliza la mencionada proteína. «Estos resultados podrían dar pie a un tratamiento alternativo ante una potencial infección por viruela o virus relacionados, como el virus monkeypox», señala el experto. Además de ofrecer una opción frente a una hipotética epidemia de viruela, el trabajo aporta nuevos datos para comprender a fondo los mecanismos de infección de los virus. «Estos han evolucionado junto al ser humano durante millones de años, lo cual les ha permitido adaptarse al funcionamiento de nuestro sistema inmune», apunta Alcami.

¿Destruir las muestras de viruela?

La destrucción del stock de las muestras conocidas del virus, custodiadas en el laboratorio de máxima seguridad del Centro de Control de Enfermedades de EEUU, en Atlanta, y en la ciudad siberiana de Koltsovo (Rusia) a 60º bajo cero sobre tejido humano infectado, fue pospuesta por la OMS en 1999 para permitir a la comunidad científica profundizar en el conocimiento del patógeno, mejorar las estrategias de vacunación y desarrollar fármacos más efectivos contra la enfermedad.
En 2011, el organismo retomará el asunto. La vacuna contra la enfermedad partió de un ensayo realizado por el investigador Edward Jenner en 1796, con muestras de pústula de la mano de una granjera infectada por el virus a través de una vaca. La cepa fue inoculada a un niño de ocho años que, tras sufrir malestar, no desarrolló la enfermedad al ser expuesto a ella.

Años antes, la investigadora y aristócrata Lady Mary Wortley Montagu observó esa misma práctica de inoculación como profilaxis frente a la enfermedad durante su estancia en Turquía y trató de extenderla en Inglaterra, inoculando a sus propios hijos. Se enfrentó, por ello, a la oposición de la Iglesia y la elite médica del momento.
El médico español Francisco Javier Balmis fue pionero en el estudio de las aplicaciones de la vacuna de la viruela. Entre 1803 y 1814, dirigió la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, con la que dio la vuelta al mundo inmunizando a la población contra la patología que, en aquel momento, representaba una importante causa de mortalidad infantil.

La viruela, en su variante más grave y común, provoca en un primer momento fiebre y malestar. Su síntoma más característico, las pústulas, se extienden desde la lengua por el resto del cuerpo unos días después. Con una tasa de mortalidad del 30% en su variante mayor y tras provocar sucesivas epidemias a lo largo de la historia de la humanidad, las campañas de vacunación lograron controlar la patología. El último caso registrado en EE UU data de 1949 y el último detectado ocurrió en Somalia en 1977.

El virus de la viruela es el único que se ha erradicado mediante una campaña masiva de vacunación. A pesar de este éxito sanitario, la comunidad científica no conoce todavía las razones por las que el virus fue tan virulento.





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