Cuentacuentos paranormal
Fecha Viernes, 20 septiembre a las 08:55:53
Tema Noticias


El 19 de septiembre se publicó en “Principia”, el suplemento de divulgación científica del periódico “Diario de Avisos”, de Santa Cruz de Tenerife, coordinado por Verónica Martín, el artículo titulado “Cuentacuentos paranormal”, escrito por Ricardo Campo Pérez, Doctor en Filosofía y miembro del Aula Cultural de Divulgación Científica. Por su gran interés lo reproducimos más abajo. Se puede descargar el artículo en su formato original en ESTE ENLACE.

Cuentacuentos paranormal.

Los cuentos tradicionales tienen, a grandes rasgos, una estructura apropiada, al igual que las obras de teatro clásicas, con su planteamiento, nudo y desenlace. Los cuentos, en el caso de ser orales, sufren variaciones, añaden motivos al gusto del contador y del oyente, pero casi siempre hay unos malvados y unos protagonistas bondadosos o caballerescos que acaban triunfando. En el caso de las historias paranormales nos encontramos con unas características paralelas, cuando no idénticas: malvados (científicos, escépticos y militares), personajes buenecitos (investigadores de lo insólito, periodistillas de a tanto el misterio, gente que fuma cosas extrañas sin freno) y un tesoro, objeto o concepto valioso: el propio misterio (casa encantada, lugar donde se produjo una catástrofe y los interesados oyen voces, platillos volantes aterrizados en la plaza de España de Santa Cruz a las 12 del mediodía, etc.).



Todo este mamoneo se apoya en clichés y en frases hechas. Veamos algunas. Una de las principales es el número de kilómetros recorrido. Algunos han hecho 100.000; otros sólo 20.000. ¿Tras qué?; tras el misterio, ¿tras qué va a ser?; es decir, tras la nada, porque investigar no es corretear de un lado para otro sin lograr aclarar, resolver o explicar aquello por lo que andas gastando suela y soltando cursiladas cuando te entrevistan, quedando como un inútil de libro. Por algún tipo de razonamiento puramente cuantitativo y torpe, para algunos hacer muchos kilómetros persiguiendo leyendas de fantasmitas, de platillos volantes, o rumores conspiracionistas te da un plus ante el alelado lector que desconoce que le están dando gato por liebre. El plus, en realidad, va a parar a la dureza de la cara, que se eleva un grado en la escala de Mohs con cada 5.000 recorridos perdiendo el tiempo.

Otra cantinela habitual es la magia de los lugares, expresión huera propia de poetas fracasados que algunos llevan como otros llevan un pin de su equipo de fútbol. Siendo incapaz de explicar racionalmente por qué un lugar donde ocurrió una catástrofe se convierte con los años en un lugar encantado (basta para ello unas cuantos testimonios sobre gente que “oyó” voces al poco de ocurrir los hechos, que es el caso de la catástrofe aérea de Los Rodeos en 1977, como me comentó su jefe de torre hace poco) redireccionas tu planteamiento hacia la adjetivación simplista de la zona, los sentimientos personales (poco recomendables para hacer investigación válida) y las palabras baúl en circulación, entre las que destacan la “magia”, que es como decir que no tengo ni la menor idea sobre cómo abordar críticamente un rumor -ni me interesa- pero quedo bien diciendo lo que todo el mundo quiere leer y sabe de antemano que voy a decir.

También tenemos por último (por ahora), la cosa de “las casualidades que no lo son”. ¿Quién no ha escuchado una anécdota sobre alguien que se salvó milagrosamente en un accidente colectivo, como el del tren de Santiago de Compostela el pasado mes de julio? En casos similares, la desvergüenza de los paranormalistas se acentúa. Es el mismo escenario que en las curaciones milagrosas: el deseo de escuchar sobre un supuesto “milagro” y no tener ni la menor idea de probabilidades hace que los jóvenes aficionados se traguen razonamientos estúpidos, como los de algún sesentón experto en dispensar trolas históricas como una máquina de tabaco dispensa cajetillas, en ambos casos previo pago de la tarifa correspondiente. ¿Es paranormal o misterioso que a alguien le toque la lotería? Como recomendara Carl Sagan, cuando vaya a comprar algún objeto de segunda mano no haga preguntas, no haga comprobaciones ni dude de nadie; ábrase a la magia y póngase en posición.

Categoría: Publicaciones Recomendadas.

RCP.
ACDC. 20Sep2013.







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