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Ni más accidentes de tráfico, ni peores noticias, ni más ingresos en urgencias. Numerosos análisis prueban que la extendida superstición hacia un día como hoy carece de cualquier sustento científico. Los medios de comunicación y el miedo a la incertidumbre de la vida aumentan la influencia de esta creencia, importada de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial.
Cuando pinchan en el corcho el cuadro de guardias de urgencias, los médicos se fijan en si les toca cubrir noches de luna llena o días como los viernes 13, bromeando con que asumirán una mayor carga de trabajo que el resto. “Resulta divertido echar la culpa a ciertos días porque parece que tendremos más pacientes pero, en realidad, no se diferencian en nada de cualquier otro”, asegura a SINC Bruce Lo, jefe de Medicina de Urgencias del Hospital General Sentara Norfolk de Virginia (Estados Unidos).
Esa es la principal conclusión a la que llegó tras dirigir un estudio que analizó si durante los viernes 13 aumentaba el volumen de usuarios en los servicios de urgencias de seis hospitales del sureste de Virginia. Los investigadores analizaron trece parámetros de trece viernes 13 –“la cifra fue simbólica”, bromea Lo– entre el 13 de noviembre de 2002 y el 13 de noviembre de 2009. Estos datos los compararon tanto con los del viernes anterior y posterior, como con los del viernes del mes previo y siguiente.
El estudio prestó atención a la cifra global de ingresos en urgencias y a los tipos de pacientes que acudían debido a diversos motivos: accidentes de tráfico, mordeduras de animales, lesiones traumáticas, isquemias cerebrales, síndromes coronarios agudos, evaluaciones psiquiátricas, convulsiones, admisiones quirúrgicas no traumáticas y traumatismos penetrantes.
La cifra total de pacientes analizados fue de 49.094 y la conclusión no puede ser más tajante: “No hay diferencias ni en cuanto a volumen de pacientes, ni en los tipos de pacientes que se presentaron a los servicios de urgencias los viernes 13”, subraya el médico. No obstante, reconoce que sí hubo un pequeño incremento del número de personas que acudieron con traumatismos penetrantes, como heridas de bala o de armas blancas.
Teniendo en cuenta que la investigación no se centra en las causas de estas cifras, en opinión del médico, el dato podría explicarse porque los viernes 13, por temor, hay más personas que salen a la calle en Virginia con armas, lo que aumenta la probabilidad de altercados.
Sin embargo, aunque el dato sea estadísticamente significativo, “no es clínicamente relevante porque estamos hablando de que la probabilidad de encontrarte con un traumatismo penetrante en urgencias un viernes 13 es solo 1,65 veces más alta que en cualquier otro día”, afirma Lo.
El estudio de la vergüenza.
La creencia popular sostiene que los viernes 13 traen mala suerte, y un día como hoy a cualquier incauto podrían ocurrirle todo tipo de cosas como suspender exámenes, que se le rompan los platos al fregarlos, que le diagnostiquen una enfermedad, caerse por la calle o tener un accidente de coche. Un polémico estudio concluyó que el número de muertes de mujeres debido a un accidente de tráfico era superior los viernes 13 respecto a otros días, algo que desmintió otro equipo de científicos finlandeses.
“Ese artículo nunca debió haber sido publicado. Es una vergüenza”, denuncia a SINC Igor Radun, investigador del departamento de Psicología de la Universidad de Helsinki (Finlandia) y autor principal del estudio posterior.
Radun y su equipo de científicos analizaron los accidentes de carretera ocurridos en Finlandia entre 1989 y 2002, en concreto, aquellos que tuvieron lugar en veintiún viernes 13, comparando estas cifras con las del los viernes anteriores y posteriores. Su principal conclusión fue que no hay evidencias de que se puedan tener más accidentes de tráfico estos días ‘de mala suerte’.
En el estudio, los investigadores excluyeron los festivos y cuantificaron el número de accidentes, la responsabilidad del hombre o de la mujer en el suceso y el número de fallecidos, heridos y personas involucradas en lo ocurrido.
Desde su punto de vista, el trabajo previo tuvo numerosas irregularidades, como por ejemplo incluir también accidentes marítimos y aéreos, excluir solo los Viernes Santos –y no otras festividades en las que el índice de accidentes puede variar– y utilizar condiciones meteorológicas incorrectas, homogéneas para un país con tanta variabilidad climática como es Finlandia.
En una carta al editor de la revista, un lector también apuntó como erróneo que el estudio no diferenciara el día del accidente de la fecha del fallecimiento. “Hay un error en la interpretación de los datos (…) Por lo tanto, la principal conclusión dibujada en el artículo podría ser falsa”, sugería el lector Donald F. Smith, médico. “Sorprende que el artículo fuera en su día promocionado por el editor, lo que provocó una enorme atención mediática en el mundo entero”, se lamenta Radun.
Importada de Estados Unidos .
Lo que a nadie le sorprende es la cobertura mediática de todo lo relacionado con el viernes 13 o cualquier otro tipo de superstición. “Fenómenos como Halloween, el Día de San Valentín o el viernes 13 no habrían tenido tanta expansión sin los medios de comunicación”, asegura a SINC Gunther Hirschfelder, profesor del Instituto de Información y Medios, Lenguaje y Cultura de la Universidad de Ratisbona (Alemania).
En su opinión, los medios son los que están llenado el vacío dejado por el declive de las fiestas católicas con efemérides supersticiosas, que revisten de un falso halo de antigüedad. La realidad es que la etiqueta de fecha ‘maldita’ al viernes 13 no llegó hasta la década de 1950 a Europa, procedente de Estados Unidos. La primera referencia se remonta a 1957, cuando el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung publicó que un astillero griego posponía la botadura de un barco por coincidir con viernes 13.
Se desconoce por qué se asoció el día 13 al viernes, ya que, dependiendo de la cultura, el 13 es o bien un día de suerte para los judíos, o sin significación para los cristianos o la cultura china. En cuanto al viernes, coincide con el día en que los cristianos creen que murió Jesucristo, y para otras culturas, es el día de la suerte.
“La superstición del viernes 13 como día de mala suerte es un patrón cultural occidental que la globalización ha extendido”, resume Hirschfelder. Tras la Segunda Guerra Mundial, y como consecuencia de la sequía cultural posterior, Europa se mostraba receptiva a nuevos patrones que venían del otro lado del charco. Uno de ellos fue el viernes 13, efeméride aupada por la prensa, la radio y la televisión.
“A los medios les gusta el tópico de superstición y magia, que fascina al público general. Inculcan a los ciudadanos muchas supersticiones populares”, comenta a SINC Stuart Vyse, profesor de Psicología en el Connecticut College (Estados Unidos). Aunque las consecuencias de esta enseñanza no sean muy graves, Vyse considera que el papel de los medios difundiendo estas falsas creencias es “nocivo”.
La ciencia como arma.
¿Por qué creemos en supersticiones? No solo las relativas al viernes 13, sino también otras tan extendidas como la mala suerte que provoca mirar a un gato negro, pasar bajo una escalera, romper un espejo o derramar sal. En primer lugar, porque las inculca el círculo más próximo, en el que –sobre todo siendo niños– se confía a pies juntillas; y en segundo lugar, por la incertidumbre.
“La superstición se usa como una estrategia para afrontar la incertidumbre de la vida”, indica el psicólogo Vyse. Los expertos desaconsejan las prácticas supersticiosas, aunque diferencian entre las positivas y las negativas.
Así, llevar un amuleto puede resultar psicológicamente positivo para el rendimiento de determinadas personas, pero supersticiones negativas como el viernes 13 carecen de cualquier beneficio. “Estaríamos todos mejor si no supiéramos nada de ellas”, recalca Vyse.
Pero la mayoría de las culturas tiene algún tipo de superstición. Eso no significa que todos los ciudadanos las compartan, aunque sí existe un perfil más proclive a creérselas: mujer, con ansiedad, preocupada sobre la muerte y con rasgos depresivos.
“La persona supersticiosa siente que las cosas le ocurren, en lugar de tener el control sobre ellas”, apunta el psicólogo. Para luchar contra esto, la ciencia, la lógica y el pensamiento crítico son las mejores armas, sin olvidar que no se puede eliminar la incertidumbre de la vida.
Friggatriscaidecafobia.
Las personas que sienten un miedo irracional al viernes 13, que les obliga a modificar su comportamiento habitual, padecen friggatriscaidecafobia. La palabra proviene del griego (de la unión de “viernes”, “trece” y “miedo”) y, según datos del Centro para la Gestión del Estrés e Instituto de la Fobia (EEUU), entre 17 y 21 millones de estadounidenses la sufren.
La Asociación para la Ciencia Psicológica de Estados Unidos afirma que esta fobia afecta incluso a la bolsa, que se ralentiza un día como hoy porque algunos agentes financieros evitan llevar a cabo transacciones importantes. También en Bollywood se posponen estrenos películas porque piensan que afectará negativamente a la taquilla. Nada de esto tiene fundamento.
No obstante, puesto que no existen estudios que relacionen la ansiedad que sufren las personas un día como hoy con los accidentes de tráfico, Igor Radun recomienda a aquellas con cuadros serios de ansiedad que permanezcan en casa y no cojan el coche. “Lamentablemente, la mayoría de los estudios sobre el viernes 13 y el número 13 se centran únicamente en los datos estadísticos, sin establecer una relación directa entre la superstición y el comportamiento de la persona”, admite Radun.
Laura Chaparro|13 septiembre 2013. 09:50. Periodista especializada en información científica. Colaboradora en SINC.
Figura: Cartel de la película de terror 'Friday The 13th' / Paramount Pictures
Categoría: Ciencias Sociales. Sociología.
Noticia procedente del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC). http://www.agenciasinc.es/