Hallan un «fósil» viviente en una cueva de Lanzarote
Fecha Viernes, 28 agosto a las 13:20:02
Tema Noticias


Un grupo de científicos acaba de añadir nuevas evidencias para apreciar la riqueza de los tubos volcánicos inundados por el mar, al dar a conocer otras especies exclusivas. Son un pequeño crustáceo de la clase Remipedia y dos gusanos anélidos de la clase Poliquetos.

Los hallazgos son fruto de una expedición de buceo realizada en el Túnel de la Atlántida, al norte de Lanzarote, por biólogos y espeleólogos de las universidades Pennsylvania State (EE.UU.); Hamburgo y Hannover (Alemania) y La Laguna. Pedro Oromi, Jorge Núñez y Alejandro Martínez son los españoles participantes en la investigación, cuyos resultados completos se publicarán en el número de septiembre de la revista «Marine Biodiversity».

La nueva especie de Remipedia (en la foto) ha sido llamada Speleonectes atlantida, en honor a la cueva en la que fue hallado, un tubo volcánico que nace en el cráter de la Corona. El crustáceo, que no llega a los cuatro centímetros, es ciego y usa las antenas para orientarse en las aguas oscuras mientras filtra el agua en busca de comida o depreda sobre otros organismos.


El nuevo ser es muy parecido morfológicamente a Speleonectes ondinae, otro pariente encontrado en el mismo lugar en 1985. Sin embargo, las pruebas de ADN llevadas a cabo por el equipo de Stefan Koenemann en la Universidad de Hannover han demostrado que el ejemplar constituye en sí mismo una nueva especie. Los investigadores creen que la divergencia entre ellas comenzó hace unos 20.000 años, cuando se formó el túnel que habitan.

Los crustáceos de la clase Remipedia son de los más extraños del mundo. No se supo de ellos hasta 1979, cuando se encontró al primero en una cueva de la Gran Bahama, en el Caribe. Desde entonces, han aparecido otras 22 especies, todas ellas en cavernas localizadas en el Caribe y Yucatán. La excepción son los casos de Canarias y uno en el oeste de Australia.

Un raro hábitat en las Canarias


Esta distribución disjunta ha llevado a los científicos a defender que las distintas especies de Remipedia que existen actualmente sean los restos de una distribución mucho más extensa. Dado su pequeño tamaño, su ceguera y lo restrictivo de su hábitat, es difícil que sobrevivieran a un viaje transoceánico desde una cueva hasta otra.

Los remípedos actuales son considerados casi como un fósil viviente. Fueron muy abundantes en los mares del Mesozoico, hace 200 millones de años, y suele situárselos en el origen evolutivo de los crustáceos. Ahora, sólo quedan unas pocas especies, restringidas a entornos tan extraños como las cuevas submarinas sin luz.






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