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Nota previa: el pasado 10 de diciembre, el periódico ABC publicó un reportaje en el que se recogían declaraciones de Carlos J. Álvarez González, Doctor en Psicología, Profesor Titular de Psicología Básica de la Universidad de La Laguna y miembro del Aula Cultural de Divulgación Científica. Dado el interés del reportaje, lo reproducimos a continuación.
¿Abre Finlandia el camino a un cambio en la forma de enseñar a escribir a los niños? ¿Está la caligrafía en peligro de extinción? ¿Qué ventajas tiene escribir a mano? Expertos consultados por ABC responden.
«Cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar», reza un antiguo refrán. Si Finlandia abandona la enseñanza obligatoria de la letra seguida, la de los cuadernos Rubio de toda la vida, en favor de la escritura a mano con letra de imprenta y un impulso decidido al empleo de las nuevas tecnologías en el aula, ¿será ése el futuro que espera a los niños españoles?
«Finlandia quiere ponerse a la cabeza de la modernidad. Va a servir de conejo de indias y gracias a ellos veremos los pros y los contras que esta iniciativa tendrá», sostiene el experto en el sistema educativo finlandés Xavier Melgarejo, autor del libro «Gracias, Finlandia» (Plataforma Editorial). En su opinión, esta apuesta por el empleo de las nuevas tecnologías en la educación «va a ser un salto cualitativo».
«Esto va en serio», «no es una improvisación», considera Melgarejo, que explica cómo en Finlandia «había un cierto retraso respecto a otros países» en el uso de las nuevas tecnologías en las aulas, pese a ser un país «muy avanzado tanto a nivel educativo como digital». Ahora, continúa, «han llegado a la conclusión de que pueden dar este paso» con una iniciativa «para todos y desde muy temprano».
El impulso al uso de tablets y ordenadores desplazará a la enseñanza de la caligrafía cursiva tradicional, que ya no será obligatoria desde agosto de 2016. «La escritura cursiva solo se usa en el colegio», argumenta Minna Harmanen, responsable del Instituto Nacional de Educación finlandés, quien subraya que se seguirá enseñando a escribir a mano aunque con letra de imprenta.
El cambio, asegura Harmanen, «no es tan grande como puede parecer» ya que la mayoría de los alumnos que ahora terminan su educación básica (13-16 años) usan principalmente letras de imprenta cuando escriben a mano. «Si necesitas la caligrafía cursiva solo en los primeros años escolares, ¿por qué has de aprenderla?», considera la responsable de Educación finlandesa.
En la vida laboral, casi todos los textos se realizan con el ordenador por lo que, según la responsable del Instituto Nacional de Educación finlandés, aprender a utilizar las pantallas y a mecanografiar con fluidez resultará mucho más útil para el futuro de los alumnos.
Para Enrique Dans, profesor en IE Business School, escribir en una pantalla es además «superior a hacerlo en un papel, por mucho romanticismo que el papel y el lápiz pueda evocar». El experto en Sistemas de Información asegura en su blog que «la escritura no es una habilidad natural del hombre» y que «el uso de un lápiz y un papel para, utilizando un código determinado, representar ideas o conceptos en un papel es algo que proviene de un contexto histórico determinado, en el que el papel y el lápiz eran la manera más adecuada y más eficiente de hacer eso».
Ahora el uso del papel y el lápiz «funciona como un “corsé mental”, algo que se interpone en la posibilidad de refinar el texto en ediciones sucesivas», afirma Dans. A su juicio, si no practican la caligrafía manual los niños no escribirán peor, sino todo lo contrario, «porque crecerán acostumbrados a escribir pudiendo corregir y cambiar la estructura de lo que escriben sobre la marcha, algo que también es mejor de cara al desarrollo intelectual y cerebral».
Un proceso más complejo.
Finlandia no va a desterrar, sin embargo, la escritura a mano en las escuelas. «Se considera muy importante para mejorar las psicomotricidad fina, para adquirir destrezas y memoria», subraya Harmanen.
«Hay investigaciones que demuestran que el reconocimiento de las letras y las palabras, el procesamiento lingüístico, es superior en la escritura manual que mediante el teclado», señala Carlos J. Álvarez, profesor de Psicología en la Universidad de la Laguna. Este doctor en Psicología experto en escritura explica cómo en la acción de escribir se distinguen dos tipos de procesos: los centrales o lingüísticos, de selección y reconocimiento de las letras y palabras que se escriben; y los periféricos, de control de las habilidades motoras y ejecución de la escritura. Los estudios revelan «cierta ventaja de la escritura manual» porque el movimiento es mucho más complejo y el sistema de procesamiento requiere mayor esfuerzo. «Cuanto más tiempo dedicamos, mejor resultado obtenemos en el aprendizaje de la lectoescritura», destaca.
Lo ideal, a juicio de Álvarez, «es combinar ambas, incluso dar más peso si se quiere a la escritura mediante teclado, pero sin dejar la escritura manual». No se ha estudiado si existen diferencias entre escribir a mano con caligrafía cursiva o con letra de imprenta, afirma el psicólogo de la Universidad de La Laguna. «Se tendría que investigar, pero creo que los procesos lingüísticos son muy similares. Donde se encuentran más diferencias es entre teclado y escritura manual», dice.
Juan Lupiáñez, director del grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Granada, tampoco ve desventaja en el uso de una u otra caligrafía salvo que «la cursiva ayuda al niño a separar las palabras». En países como Canadá, la letra que se enseña a los niños es la de imprenta, destaca, sin que por ello se pierda el estilo propio de escribir de cada uno.
Esa variabilidad de los trazos de cada persona al escribir a mano implica un mayor esfuerzo para descodificar el mensaje escrito. «El proceso es más complicado con la escritura a mano y una vez que se ha adquirido, más robusto. Se parece más al del habla, con sus distintos acentos», explica Lupiáñez. Si una lengua se corresponde con un código de barras, «en la percepción hay infinitos códigos de barras», ejemplifica el profesor de la Universidad de Granada.
«Aprender a escribir a mano te da una ventaja a la hora de aprender la lengua» porque «aporta más claves sensoriomotoras o para segmentar el discurso oral», coincide con Álvarez.
Una vez aprendida la lectoescritura, también existen diferencias por ejemplo entre tomar notas a mano o a ordenador ya que con la escritura manual la retención de contenido conceptual es mayor ya que no se toman notas de forma literal, sino entendiendo y resumiendo, explica Lupiáñez. Para este experto, «es importante enseñar a escribir a mano» aunque una vez adquirida la lecto-escritura, «no me parece mal introducir el teclado».
Manuel Perea, profesor de Psicología de la Universidad de Valencia, también cree que se debe mantener la escritura a mano. «Saber dos códigos nunca perjudica», destaca este experto que recuerda la investigación llevada a cabo por el psicólogo Andrea Facoetti sobre el uso de videojuegos y su utilidad para resolver déficits de atención y dificultades para leer o escribir. «Cuantos más códigos se tenga, mejor. Es posible que haya un momento en el tiempo en que haya interferencias, pero a la larga beneficia», añade.
A mano, ¿pero en el smartphone?
El estudio #Vuelveaescribir desarrollado por Ipsos para Samsung, con motivo del lanzamiento del Galaxy Note 4, reveló que solo 2 de cada 10 encuestados escribía a mano con la misma frecuencia que hace unos años. El 75% de los encuestados utilizaba el teclado Qwerty de su teléfono móvil prácticamente a diario, más aún si eran jóvenes de entre 16 y 24 años. Sin embargo, el 83% veían necesario llevar un bolígrafo encima y un alto porcentaje seguían escribiendo a mano asuntos del trabajo (83%) o la lista de la compra (80%).
Aunque el móvil ha desbancado a la escritura a mano a la hora de felicitar a alguien, «la mayoría de los españoles echa de menos recibir escritos más personalizados» (cartas, postales, felicitaciones), según esta encuesta realizada a 1.001 españoles de entre 16 y 65 años y presentada el pasado octubre. Frases como «te echo de menos» o «te quiero» tienen más valor cuando se ven escritas a mano, señalaban los encuestados, que consideraban que escribir manualmente ayuda a no olvidar las reglas de ortografía y a reflejar la personalidad de cada uno en su letra.
Los fabricantes de tecnología se han esforzado en los últimos años por mejorar los lápices ópticos para que la experiencia de escribir con ellos en una pantalla sea lo más parecido a hacerlo con boli y papel. Quizá en el futuro se escriba a mano... pero en otros soportes.
Figura: Logotipo del periódico ABC.
Categoría: Publicaciones recomendadas.
ACDC. 15Dic2014.
Enviado el Lunes, 15 diciembre a las 09:48:49 por divulgacioncientifica (673 lecturas)
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